Por lo pronto y dentro de un partido que, ni más ni menos, llevó casi una docena de cambios por uno y otro bando, siquiera dentro de la actividad de los iniciales cuarenta y cinco minutos los escualos fueron precisos y letales ante los errores del portero y la zaga tapatía, habiendo llegado el primer gol veracruzano luego de que el porterito Antonio Rodríguez, otro de los arqueros de mal fario de las propias Chivas, dejó el balón a los pies de Sebastián Maz, el cual, sin nadie enfrente, sólo empujó el balón para inaugurar el marcador. Y antes de que llegase el minuto quince, ya el Veracruz lograba su segunda conquista, apareciendo ahora Mauricio Romero a definir luego de hacerse un traje de luces con una lenta zaga rojiblanca. Y hasta ahí llegaría todo en relación a las contadas emociones de un partido demasiado amistoso en donde, en el tiempo restante que era bastante, se vivió una especie de juego de quita y pon, sobre todo dentro del accionar de un segundo tiempo en donde el chiverío cambió a todo el equipo que inicialmente había saltado a la cancha del “Pirata”. La figura Pudiéndose decir que la mayoría de los jugadores de nuevo ingreso jarocho pasaron el examen de manera satisfactoria, hablando sobre todo de la entrega y el pundonor del zaguero central Macaluso, para muchos el mejor elemento sobre el terreno de la acción, aparte del buen quehacer en la media cancha de Chitiva y los buenos lances del arquero ex del Guadalajara, Liborio Sánchez, aparte del trabajo de Diego Martínez y de los goleadores Maz y Romero todavía guardando estos, confetis campeoniles del Necaxa. Por su parte, Guadalajara probó a todos los elementos que viajaron desde la Perla de Occidente, eso sí sin haber tenido siquiera regular actuación elementos de valía como Arellano y Omar Bravo que pasaron plenamente desapercibidos a lo largo de la batalla. |
Birria para el Tiburón
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