La liguilla ya cada vez se ve más lejana para los Tiburones Rojos. La inversión hecha, por quien haya sido, parece irse por el caño semana a semana. El equipo no levanta y la palabra fracaso se hace más grande, a pesar del cambio de técnico y ahora de propietario.
El Veracruz suma ya tres partidos sin ganar y de esos nueve puntos sólo ha sumado dos, y este sábado se cargó Jorge Almirón su primera derrota como timonel escualo, al caer 2-1 contra Pumas Morelos.
Y aunque Mohamed Morales, el nuevo mandamás en la directiva porteña, le haya asegurado la chamba hasta el final del torneo, "El Negro" debe estar consciente que lo expresado en la cancha del Centenario contra los felinos fue un futbol soso, con poca llegada, aunque sí con variante técnica en busca de tener la pelota, aunque la creatividad sigue estancada como en la era de Joaquín del Olmo, salvo alguno que otro chispazo de un Cuauhtémoc Blanco disminuido por el cansancio de concentrarse con la Selección Nacional, viajar y cargar en sus espaldas el peso de un equipo hundido en la mediocridad.
La filial de la UNAM se topó con un polémico penal en el primer tiempo, que fue cobrado por Pablo Bonells y a partir de ahí renunció al ataque, a pesar de ser un plantel con fama de dinámico, pero que fue metido en su terreno.
Veracruz pudo haber repetido la historia del domingo pasado en Puebla, ya que en el último minuto estuvieron cerca del empate tras una mala salida de "El Pikolín" Palacios, pero ahora la fortuna no les sonrío y los jarochos debieron regresar con la amargura al puerto.
Tras el dominio local en el primer tiempo, el juego cayó en un bache de que ya no salió, para tornarse en un encuentro aburrido, con mínimas aproximaciones, a pesar de que la visita urgía de sumar.
Ahora, los Tiburones Rojos volverán para preparar su duelo del próximo sábado en el Luis de la Fuente contra un sinodal demasiado complejo, como es el León.
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